
Hoy más que nunca, las decisiones estratégicas se toman con datos. Pero cuando se trata de experiencia del cliente en empresas B2B, el verdadero reto no está en visualizar información, sino en construir un proceso que permita obtenerla de forma estructurada, útil y accionable.
En otro artículo hablamos de la importancia de complementar el NPS con el CSAT para tener una visión más completa de la experiencia del cliente. Pero incluso esas métricas pierden valor si las preguntas que las generan no están bien planteadas desde el inicio.
Porque en B2B, no existe un único “cliente”. Cada cuenta puede tener varios interlocutores, cada uno con distintos puntos de contacto, diferentes niveles de interacción y perspectivas únicas sobre tu servicio o producto.
Además, tu propuesta de valor no se percibe igual para todos: varía según el tamaño del cliente, su industria, y lo que más valoren de tu oferta. Por eso, diseñar una buena encuesta no es un trámite. Es una parte clave del proceso comercial y relacional. Y si se hace bien, no solo te permite medir mejor, sino construir relaciones más sólidas y tomar decisiones más inteligentes.
En este artículo te comparto cómo hacerlo:
- Cómo estructurar tus encuestas para que el cliente quiera responder,
- Cómo adaptar las preguntas al perfil del interlocutor,
- Por qué NPS y CSAT deben ir juntos,
- Y qué buenas prácticas pueden ayudarte a obtener feedback valioso sin saturar a tus cuentas.
Uno de los errores más frecuentes al diseñar encuestas es asumir que todos los clientes deben responder las mismas preguntas. Pero eso parte de una visión simplificada de la experiencia: como si todos valoraran lo mismo o interactuaran igual con tu solución.
En la práctica, tu propuesta de valor puede tener múltiples dimensiones:
puede ser la agilidad del servicio, la calidad del producto, el soporte técnico, la capacidad de personalización, la eficiencia en la entrega, o incluso el modelo comercial. Y cada segmento de tu cartera —por industria, tamaño, zona o madurez— puede priorizar aspectos distintos.
Lo que un laboratorio valora de tu servicio no es lo mismo que lo que espera una empresa minera. Lo que busca una cuenta que recién empieza a trabajar contigo tampoco es lo mismo que lo que evalúa una cuenta consolidada con tres años de relación.
Por eso, las encuestas no deberían ser estáticas ni universales. Deben estar alineadas a tu propuesta de valor real y adaptadas al tipo de cliente al que se las envías.
Si envías una encuesta genérica, no solo corres el riesgo de obtener respuestas poco útiles —también puedes hacer que el cliente perciba que no entiendes lo que es importante para él.
Una buena práctica es mapear los atributos clave de tu propuesta de valor y cruzarlos con los segmentos relevantes de tu cartera. A partir de eso, puedes definir qué preguntas aplicar en cada caso, con foco en lo que realmente genera valor para ese tipo de cuenta.
NPS y CSAT deben convivir en una misma estructura, con sentido estratégico
En el mundo B2B, no basta con medir. Lo importante es medir bien y con coherencia.
El NPS (Net Promoter Score) permite capturar una percepción general del cliente: qué tan dispuesto estaría a recomendar tu empresa a un colega o contacto. Esta pregunta resume en un número la relación que el cliente percibe contigo. Es útil, comparativa, y fácil de seguir en el tiempo.
Por otro lado, el CSAT (Customer Satisfaction Score) se enfoca en cuánto está satisfecho el cliente con tu servicio o solución, ya sea de forma global o en relación con dimensiones específicas de tu propuesta de valor: tiempos de entrega, soporte, comunicación, cumplimiento de lo prometido, entre otros.
En lugar de verlos como métricas aisladas o redundantes, lo ideal es combinarlos dentro de una misma encuesta bien diseñada, lo que te permite:
- Aprovechar mejor el momento de contacto con el cliente, sin saturarlo con múltiples encuestas separadas.
- Entender el “por qué” detrás del NPS, a través de preguntas de satisfacción que desglosen la experiencia.
- Tomar decisiones más accionables, conectando percepción general con puntos específicos de mejora.
En nuestro artículo anterior explicamos por qué el NPS, por sí solo, puede llevar a decisiones incompletas si no se complementa con el CSAT. Integrarlos no solo te permite tener una visión más rica, sino también construir una base más sólida para priorizar acciones comerciales y de fidelización.
Eso sí: la clave está en el diseño. No se trata de juntar preguntas al azar, sino de armar una estructura lógica, fluida, y adaptada al tipo de cliente y al perfil del interlocutor.
Segmenta por interlocutor: cada perfil vive una experiencia distinta
En una relación B2B, no existe “el cliente” como una sola persona. Una misma cuenta puede tener varios interlocutores —compradores, usuarios técnicos, responsables de finanzas, jefes de operaciones— y cada uno interactúa con tu empresa de manera distinta.
Pretender que todos respondan las mismas preguntas es una forma rápida de perder relevancia… y respuestas.
Imagina que envías una encuesta preguntando por la facilidad del proceso de facturación a alguien que solo interactúa con tu equipo técnico. O que pides evaluar el soporte postventa a un gerente que solo participa en la etapa de negociación comercial. No solo es poco útil: puede hacer que el cliente cuestione si realmente conoces su realidad.
Por eso, un buen diseño de encuestas en B2B incluye segmentación por perfil de interlocutor.
Esto implica:
- Identificar los principales roles involucrados en la relación.
- Definir qué aspectos de la experiencia son relevantes para cada uno.
- Construir encuestas distintas (aunque parcialmente similares) para que cada persona evalúe lo que realmente vive.
Además, segmentar por perfil te permite detectar disonancias dentro de una misma cuenta. Puede que el equipo de compras esté satisfecho con los plazos y condiciones comerciales, pero que el equipo técnico tenga fricciones en la implementación. Y sin esa segmentación, esos matices se pierden.
La buena noticia es que esto no tiene por qué ser complejo ni manual. Con las herramientas adecuadas, puedes automatizar la lógica de envío según rol, historial de interacción o canal preferido.
Diseñar encuestas diferenciadas por perfil es una forma directa de demostrar que conoces al cliente, respetas su tiempo y quieres escuchar lo que realmente importa.
Buenas prácticas para aumentar la tasa de respuesta y el valor del feedback
Diseñar una buena encuesta no es solo cuestión de redactar preguntas claras. En el mundo B2B, el contexto y la forma en que se envía la encuesta son igual de importantes que su contenido.
A continuación, algunas prácticas que recomendamos aplicar para maximizar la tasa de respuesta y, sobre todo, obtener información que realmente sirva para tomar decisiones:
● Explica por qué estás preguntando
La mayoría de encuestas fracasa desde la primera línea. Si el cliente no entiende para qué sirve la encuesta o cómo se va a usar esa información, es probable que la ignore.
Siempre incluye un mensaje claro y directo donde expliques:
- Por qué estás pidiendo su feedback
- Cuánto tiempo tomará
- Qué harás con esa información
Mientras más relevante y específico sea el mensaje, más probabilidades tienes de que el cliente se tome el tiempo de responder.
● Evalúa el trade-off entre cantidad de preguntas y tasa de respuesta
No existe un número ideal de preguntas. A veces con tres bien elegidas es suficiente; otras veces necesitarás más detalle.
Lo importante es ser consciente del trade-off natural: mientras más preguntas incluyas, menor será la tasa de respuesta. Esto no significa evitar encuestas extensas, pero sí priorizar lo esencial según el objetivo del levantamiento.
Una recomendación útil es estructurar las preguntas en bloques:
- Percepción general (ej. NPS)
- Satisfacción con aspectos clave (ej. CSAT por dimensión)
- Pregunta abierta opcional
Así mantienes una lógica clara y flexible, permitiendo adaptar la longitud según cada caso.
● Diseña encuestas simples y fáciles de responder
El diseño visual también importa.
Asegúrate de que las encuestas sean:
- Compatibles con dispositivos móviles (muchas respuestas vienen desde el celular)
- Con escalas consistentes
- Sin campos obligatorios innecesarios
La idea es reducir la fricción al máximo.
● Agradece y cierra el ciclo
Siempre incluye un mensaje de agradecimiento. Y, lo más importante, cierra el ciclo. El cliente necesita saber que su tiempo tuvo un impacto real.
Una práctica poderosa es compartir —semanas después— los principales aprendizajes del feedback recibido y qué acciones se tomaron a partir de ello.
● Involucra a los ejecutivos de cuenta
El rol del ejecutivo es clave en todo este proceso, especialmente en cuentas medianas y grandes.
Puede ayudar a:
- Dar seguimiento personalizado durante el periodo de recopilación (por ejemplo, reforzar la importancia de la encuesta en una llamada o reunión)
- Explicar el contexto y reforzar la confianza del cliente sobre cómo se usará la información
- Cerrar el ciclo personalmente, mostrando que el feedback fue recibido, discutido y accionado
Cuando el cliente siente que su opinión llega a alguien que lo conoce, responde más. Y responde mejor.
Errores comunes al diseñar encuestas B2B
Muchos esfuerzos de medición de la experiencia del cliente fracasan no por falta de intención, sino por errores estructurales en el diseño y ejecución de las encuestas.
A continuación, algunos de los más comunes (y costosos):
● Hacer preguntas genéricas sin contexto
Enviar la misma encuesta a toda la cartera, sin considerar el tipo de cliente, su perfil o su historia contigo, es una forma rápida de obtener datos vacíos (o ninguna respuesta).
Sin contexto, el cliente no entiende por qué se le pregunta, ni cómo aportar valor con sus respuestas.
● Medir con NPS o CSAT de forma aislada
Como explicamos en el artículo anterior, NPS y CSAT no compiten, se complementan.
Usar solo uno de los dos puede llevarte a conclusiones imprecisas: el NPS te puede decir cómo se siente el cliente, pero no por qué. El CSAT te puede indicar satisfacción puntual, pero no percepción general.
Incluir ambos en una misma estructura bien pensada te da una mirada más rica y accionable.
● Evaluar lo mismo en todos los segmentos
Una empresa de agroindustria y una empresa de energía pueden trabajar contigo por razones distintas. Y por lo tanto, valoran aspectos distintos de tu propuesta de valor.
Si les haces las mismas preguntas, corres el riesgo de medir cosas irrelevantes para cada una.
Tu encuesta debe estar alineada al valor que prometes entregar para cada segmento.
● Ignorar el perfil del interlocutor
Como ya vimos, en B2B los clientes no son una sola persona.
El responsable de abastecimiento, el usuario final o el área técnica viven experiencias distintas. Si no segmentas tu encuesta por rol, mezclas percepciones y pierdes claridad en los datos.
● No involucrar al equipo comercial en el proceso
El equipo comercial —y especialmente los ejecutivos de cuenta— son piezas clave para el éxito del levantamiento de feedback.
Cuando se los deja al margen, se pierde la oportunidad de reforzar el vínculo con el cliente, explicar el propósito de la encuesta o cerrar adecuadamente el ciclo de respuesta.
Incluirlos no solo mejora la tasa de respuesta, sino que fortalece la relación comercial.
Conclusión: medir bien es el punto de partida para decidir mejor
En empresas B2B, medir la experiencia del cliente no debería ser una formalidad operativa. Es una herramienta estratégica para tomar mejores decisiones, fidelizar cuentas clave y detectar oportunidades comerciales reales.
Pero para que eso funcione, hay que empezar por el principio: hacer las preguntas correctas, a las personas adecuadas, con una estructura clara y alineada a tu propuesta de valor.
Una encuesta bien diseñada:
- Respeta el tiempo del cliente
- Refleja lo que realmente importa para cada segmento
- Integra percepción general (NPS) con satisfacción por dimensiones (CSAT)
- Y fortalece la relación, en lugar de desgastarla
Además, cuando el ejecutivo de cuenta se involucra en el proceso, el feedback deja de ser solo un dato para convertirse en una conversación que genera confianza y mejora continua.



